jueves, 15 de noviembre de 2007

Generaciones

Maestros con letras inconformes.
Publicado en Revista Marvin

Cada generación tiene una característica particular, que la define y le da un significado frente a las demás. Existieron pensadores que indirectamente lograron cambios radicales en la sociedad, sus palabras y acciones impulsaron un cambio en la ideología de esos momentos. En los cincuenta, nuevas expresiones artísticas e ideológicas nacieron, como el rock y la literatura beat, en el sesenta los obreros y los estudiantes se levantaron y demandaron una sociedad que no fuera un simple espectador. Los años setenta llegaron y un sólo libro, el Matadero cinco, puso fin a la guerra de Vietnam.

Escritores que se han atrevido a criticar y a destrozar los ideales de la gente, a burlarse satíricamente de su gobierno y a juzgar las creencias existentes, a las sociedades bohemias, la teología y la tecnología, visiones diferentes que fueron capaces de ver en los aburridos y tediosos ochenta su singular y característica neurosis que dio por naturaleza, una evolución hacia la psicosis, la adicción al Prozac y el constante y enfermo consumismo de esa época.

Este aburrimiento continuó y llegaron los noventa. El crecimiento de la Internet, de la tecnología, de la moda, de los medios masivos, comprometió y vendió el pensamiento individual que ahora se adquiere a través de la televisión, que manipula de una forma masiva, gustos y deseos y llega el siglo XXI que, como resultado final a todos estos movimientos y cambios generacionales, momento cumbre de la globalización, el postmodernismo habla por si mismo diciendo “ya no queda nada”, donde los mejores elementos de las sociedades son camareros, obreros, constructores y sí, el conformismo ha triunfado.

Los autores de los que a continuación me refiero fueron autores prohibidos y vetados, pero no importó porque sus mensajes sí se escucharon. Las generaciones cambiaron gracias a estos maestros inconformes.

La identidad se desvanece en un espacio vacante
William Burroughs

Con el fin de la segunda guerra mundial y los lanzamientos de la bomba atómica, el mundo estaba en un periodo de reajuste, la juventud necesitaba nuevos ideales, quería dejar atrás el “american way of life” y bajo este contexto surgen los Beats, su propósito era unir el romance con la vida y el existencialismo con la libertad espiritual. Esto derivó en una liberación sexual, una visión tolerante sin racismo y sin discriminación racial y no-teísta que aceptaba cualquier inclinación religiosa, un eclecticismo y el interés por nuevas drogas que conducían a una distinta forma de relacionar las sensaciones humanas.

Los principales Beatniks fueron, Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William Burroughs, eclécticos en sus palabras y en sus actos. En el camino (On the Road, 1957), libro escrito por Kerouac, asumió el carácter de un manifiesto juvenil que motivaba a la rebeldía. El almuerzo al desnudo (The Naked Lunch, 1959), de Burroughs, es el sueño, la alucinación de un drogadicto, de un mundo sin futuro que describe lo absurdo de las instituciones y la vida dentro de ellas. Cabe decir que Kurt Cobain confesó ser un gran admirador de esta generación, que es el antecedente a la contracultura de los sesenta.

Demanda lo imposible
Guy Debord

El mundo en que vivimos no es real, dice Guy Debord (Paris, 1931), autor de la Sociedad del espectáculo (1967). Este marxista radical explica, que nuestras experiencias de vida ya no son auténticas, son simples imitaciones de las imágenes televisivas – como los desayunos kellogs que presentaba a una familia perfecta y armoniosa – y de la publicidad. Sus ideas dieron origen a los situacionistas, un grupo radical de artistas, escritores y revolucionarios que buscan dos cosas: la conciencia del deseo y el deseo de la conciencia por la necesidad de desear y la necesidad de pensar a un grado más individual. Su mensaje era claro, el hombre actual no es un actor sino un mero espectador y el situacionista es aquel que busca la interacción social, el diálogo y la renovación del comportamiento. Debord fundó la revista Internacional situacionista y fue uno de los instigadores del movimiento del 68 en Francia, Praga y México. Consideraba necesario trabajar por la construcción consciente y colectiva de una nueva civilización pero ésta nunca llegó y lo orilló al suicidio que incluso cumplió con todos los principios del situacionismo.

No ponga un pie en su trabajo y otro en sus sueños
Kurt Vonnegut

Casi 25 años tardó en escribir el Matadero cinco o la cruzada de los inocentes (1969), Kurt Vonnegut (EUA, 1922), icono de la contracultura norteamericana. Escribió novelas, obras teatrales y cuentos cortos, con fuertes trazos de crítica social y una mezcla de humor y una visión amarga de la realidad. Vetadas sus obras en algunas universidades y preparatorias norteamericanas, tuvo el gusto de ser uno de los escritores fundamentales de los años sesenta y del siglo XX.

Kurt Vonnegut fue prisionero durante la segunda guerra mundial y testigo del bombardeo de la ciudad de Dresden (Alemania), esto lo condujo a escribir su máxima obra, en la que criticó el absurdo de la guerra, la locura de la vida moderna, cuestiones políticas y el por qué de la existencia humana. Este libro se convirtió en el portavoz de los retractores de la guerra de Vietnam. Con su cinismo y su negro sentido del humor dijo: “así que inventé mentiras que me sentaran bien y de este mundo triste conseguí hacer un edén”.
- K.V. murió el pasado 11 de abril, a causa de lesiones cerebrales, él siempre se preguntó, como sería descansar en paz, esperemos lo sepa ahora.

El mundo me saca de quicio
Bret Easton Ellis

El fin de la guerra fría se estaba acercando, llegaba la música pop, E.T. regresa a casa y la sociedad norteamericana es Menos que cero, título del primer libro de Breat Easton Ellis (EUA, 1964), un escritor frío y crudo en sus palabras que refleja la falta de sentimientos, la individualidad, el odio, el desprecio, la antipatía, el asco y la violencia de una sociedad casi muerta de aburrimiento. American Psycho, obra cumbre de este autor, narra la doble vida de un empresario yuppie, que mata por diversión.
Su estilo narrativo es bastante complejo, en él confecciona una telaraña de términos ochenteros –referentes a música, ropa, restaurantes, marcas, etcétera– con la psicosis de una sociedad aburrida. Cada libro es como una enciclopedia pero también es una crítica muy ácida e irónica de la sociedad. En uno de sus libros pregunta “¿cómo puedes decir que todo es hermoso? ¿no te das cuenta de que eso significa que nada lo es?”.

Objetos sencillos para una vida sin complicaciones
Douglas Coupland

De un lado del mundo se cae un muro, en el otro, aparece la generación X, término que proviene del libro homónimo de Douglas Coupland (Alemania, 1961) quien bautizo así a la juventud de los noventa. Su manera de explicar la adolescencia fue devastadora al compararla con personajes sosos y sin gracia, ésta era la clase media, la que vivía en los suburbios, la misma que se enfrentaba a un mundo ingrato que no cumplió con lo que prometió.

Coupland, escribió sobre el impacto de la tecnología (Mac Vs. Microsoft), la religión, las familias disfuncionales, la saturación de la publicidad, de los medios y de las transnacionales. En casi todos sus personajes existe una sola preocupación, la de ser grandes consumidores y no quedarse atrás en una competencia sin ganador y la sociedad de la que él se burla sólo habla de los restos de aquellos ideales que no heredaron de las décadas pasadas.

Yo no soy ninguna excepción, y tampoco creo que lo seas tú
Chuck Palahniuk

Globalización, postmodernismo, religiones, nuevas políticas, todo debe ser explicado, etiquetado y tener un control de calidad, inclusive Dios, comenta Chuck Palahniuk (EUA,1964), autor de Fight Club, la que después llegaría al cine volviéndose una obra de culto y la representación del nuevo grito de quienes pedían un motivo o una señal para entender su entorno. Pero el verdadero motivo es comprender que no es necesario tener una explicación para todo.

Palahniuk, abandonó el periodismo y trabajó en internados, psiquiátricos, restaurantes, bodegas, fábricas, en la construcción y otros. Esto lo llevó a narrar la psicopatología cultural latente, crear héroes demasiado comunes y muy humanos y con lo irónico de sus frases inspira a la gente a cruzar ciertas líneas que uno nunca se atrevería a cruzar. Sus utopías, sus sueños en los que él pretende crear una generación que intente destruir la cultura actual extendiendo su propia infección contagiosa, una plaga de nuevas ideas. Pero la realidad es que el mundo es “imperfecto y desmadrado, así es el mundo en el que vivo. Tan lejos como estoy de Dios, ésta es la gente con la que me he quedado. Todo el mundo a la caza del poder”.

Las letras y los discursos de estos autores son susurros a las respuestas que uno busca. La música, el arte y la literatura han transgredido lo prohibido, estos no son los únicos que se atrevieron a hacerlo, Walt Whitman, Henry Miller, J.G. Ballard, Jean Baudrillard, Albert Camus, Slavoj Zizek, Walter Benjamín, el Marques de Sade, Séneca, Herbert Marcusse, Georges Bataille, Carlos Marx y otros. No importan las épocas, estas palabras nunca morirán y serán malditas mientras haya quien las lea, porque los libros siempre serán referencias de otros libros, sólo hay que tener cuidado en comprender correctamente lo que estamos leyendo.
Sólo despues del desastre podremos resucitar

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