jueves, 15 de noviembre de 2007

Risa Enlatada

Lágrimas y risas para llevar
Publicado en Revista Marvin
"Lo cómico es una especie de juego enloquecido,
pero que reafirma la superioridad de la razón.
En realidad, lo cómico es "razón".
Cuando olvidamos emplear la risa,
la razón muere por asfixia.
La ironía es el oxígeno insustituible de la razón."
Dario Fo


La risa, esa carcajada que denota alegría, que nos libera de la desesperación y la tristeza por momentos breves. Pero cómo sabemos cuando algo es gracioso, qué es lo que nos impulsa a estallar de risa, de dónde proviene este sentir, escuchamos chistes, nos mofamos de los demás, inventamos bromas, con el fin de darle un sentido a nuestras vidas.

Pero hay un impulso más, los medios, estos nos dictan hoy que es cómico y que no, el mas intenso de todos es la televisión y Chuck Palahniuk escribe “A través de la pared se oye un estruendo de diálogos, luego un coro de risas. Luego mas estruendo. La mayoría de las grabaciones de risas de la televisión se registraron a principios de los cincuenta. Hoy en día la mayoría de la gente a la que se oye reír esta muerta” y nos reímos con los muertos; automáticamente gozamos inconcientemente de lo que vemos sin saber porqué lo hacemos.

Creada por Charles Douglas en los 50´s, la risa enlatada es esa serie de aplausos, risotadas, carcajadas que están de fondo en las series cómicas de televisión, la cual nos indica el instante exacto en el que uno debe reír, técnicamente nos ordena el momento en que debemos de hacerlo. Al igual que las “lloronas” esas mujeres contratadas en los velorios para que lloraran y así yo creara una atmósfera de sufrimiento y tragedia, la televisión hace lo mismo nos relaja y disfruta por nosotros.

La televisión se ríe en nuestro lugar, nos ocupa y nos vuelve pasivos; en el momento en que nos sentamos en nuestro sillón después de un día lleno de trabajo, trafico y ruido, buscamos algo que nos relaje, que nos distraiga, que nos saque de nosotros mismos, que goce por nosotros y que viva por nosotros, de esta forma dejo que Otro lo haga por mi.

Al momento de disfrutar a través del Otro, creamos una pasividad tal, que nos introduce al conformismo absoluto del descanso eterno y no sólo eso, dejamos de pensar, actuar y sentir por nosotros mismos, la televisión nos dice cuando reír, cuando llorar, cuando conmovernos por el niño que se muere de hambre dentro del monitor, de la foca que esta siendo cachiporreada por un esquimal o excitarnos quizás por aquel güero suertudo que se encuentra a una chica desnuda en su cama de las ya conocidas noches de clímax.

El filosofo esloveno Slavoj Zizek marxista y lacaniano por convicción, comenta que la risa enlatada sirve para recordarnos cuando hemos de reír, así la risa es una cuestión de obligación y no un sentimiento espontáneo. El Otro – encarnado en el aparato de televisión – nos está descargando de la obligación de reír, ríe en vez de nosotros. Así que después de pasar una tarde entera mirando el aparato televisivo podemos decir que, objetivamente, por medio de otro, nos la pasamos realmente bien.

Incluso si no me río y simplemente observo la pantalla, me siento igualmente aliviado al final del programa. Comenta Zizek “Es a esto a lo que apunta la noción lacaniana de “descentramiento”, del sujeto descentralizado: mis más profundos sentimientos pueden ser exteriorizados radicalmente; puedo literalmente “reír y llorar a través de otro”, entonces creemos que disfrutamos; estamos engañados, sentimos que descansamos pero la verdad alguien más lo hizo por nosotros.

Ligado a la risa y al goce por medio del Otro surge el concepto de la “interpasividad” este consiste en creer o gozar por medio del otro, como un modo de representación o mediación que implica transferir o delegar una acción o emoción a otra persona u objeto que va a actuar en mi lugar. Creemos ciegamente, ya no somos seres activos, vemos nuestra vida pasar en un monitor, recordemos el comercial de los condones “mientras tu estas viendo televisión otros están usando condones Trojan”.

La interpasividad esta ligada directamente a los medios desplazando nuestras emociones y nuestras vivencias, hoy hablamos, nos comportamos y creemos en lo que vemos; al igual que el “amor cortes” que es una manera muy educada de suplir la ausencia de relación sexual fingiendo que somos nosotros quienes la obstaculizamos y con la televisión disimulamos la vida que deseamos.

Nuestra felicidad ya no es nuestra, es de otros, la compartimos generosamente, involuntariamente desplazamos nuestras emociones, soñando y soñando en hacer aquello que vemos, deseando estar en aquellos lugares a los que nunca tendremos acceso, anhelando otra realidad, no nos preocupemos la televisión no lo regala sólo tenemos que sentarnos y disfrutar de150 canales de infinita diversión.

Por qué no nos conmovemos del pobre que vemos en las calles y sin embargo donamos un kilo de arroz a las victimas de algún desastre climático, nos contagiamos del dolor y de la tragedia ajena que nos transmiten las noticias, estas mueven más nuestros sentimientos que aquellos con quienes compartimos nuestras experiencias más íntimas y secretas.

Mientras la televisión se ríe por ti, juega por ti, apuesta, disfruta, convive y siente todas aquellas emociones que dejas pasar de frente. El Otro cumple con tus más grandes deseos, llenando esas faltas que nos dominan y reprimen para que cada vez que despertamos y salimos de casa sigamos el mismo camino por el que todos los días andamos sin esperar nada, ocupados en el quehacer cotidiano nuestro verdadero ser ya no siente nada.


Es difícil lidiar con esto ya no somos dueños de nuestra mente, es imposible concentrarse; ya no se puede pensar. Siempre hay ruido, autos, bullicio. Gente muerta riéndose, obtenemos pequeñas dosis de emociones y las cambiamos por distracciones que nos deslumbran y nos enceguecen de la realidad cotidiana.

Dormidos y ocupados nos mantiene el mundo así nadie tiene que preocuparse por lo que tienes en mente. Si la imaginación de todo el mundo está atrofiada, nadie más será nunca una amenaza para el mundo. Nuestra pasividad es una estrategia para los medios así los consumimos ya que ellos nos dan lo que necesitamos para pensar.
Sólo despues del desastre podremos resucitar

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